jueves, 29 de enero de 2009

Efecto residual

La leche me hace mal. En realidad, no tengo tolerancia a ningún lácteo. Por eso, hubiese preferido que Osho dijera que para dejar de fumar había que tomar agua o jugo o cerveza o algo así. Pero no. Es leche...


De todos modos, he notado una similitud en los componentes principales de la experiencia:

mientras fumo, el sabor, la sensación, el disfrute del cigarrillo, es fantástico. Pero al terminarlo, comienzo a sentir un residuo asqueroso de características inexplicables.

Mientras tomo la leche, es un placer. Algo calentito, dulce, nutritivo, reparador entra en mi boca. Cuando termino de tomar la mamadera, el malestar corporal es insoportable.



La cuestión es la siguiente: la leche y el cigarrillo tienen el mismo efecto residual nefasto en mi cuerpo.




MT

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