domingo, 4 de enero de 2009

El curandero llama dos veces

Interlocutor -Voy a ir de nuevo al curandero, a ver si ahora me hace dejar de fumar.

Yo -¿Pero no era que con una vez ya estaba, como con tu amigo?

Interlocutor -Si, conmigo funcionó bárbaro, pero dos o tres días nomás.

Yo -¿Pero no me dijiste que esa misma noche que fuiste a verlo, volviste a prender un pucho?

Interlocutor -Si... no sé que pasó...

1 comentario:

  1. me encanta la idea, me veo en los pensamientos de fumador, y en la posicion, q es real, q si uno, completamente quiere dejar, seria inmediato, pero el tema es ese, q siempre hay partes q lo enarbolan como necesario e incluso hermoso, y otras como una debilidad, algo sucio feo insalubre. saludos

    ResponderEliminar